lunes, 9 de mayo de 2016

Otíñar, un paraje lleno de errores y “topicazos” históricos (II): el camino real de Carlos III

Tras hablar en la ocasión anterior sobre dos de los topicazos que tiene la historia de Otíñar (Jaén) en su haber, como son el supuesto señorío casi medieval, que según algunos se dio en aquella zona entre 1827 y la década de 1960 aproximadamente, así como el de la baronía que tras concederse nunca existió, pudimos ver cómo realmente esa baronía nunca llegó a ser efectiva y el espacio nunca llegó a funcionar como un señorío a la antigua usanza, pese a que en la documentación se nombrara como tal.

Carlos III. Rey de España.
Otro de los grandes "topicazos" que encierra el valle de Otíñar tiene relación con el llamado camino real de Jaén a Granada construido por Carlos III, del cual se hablado mucho recientemente en cuanto a su origen y trazado. En los últimos meses se ha venido diciendo sobre el mismo que era un camino real de época medieval, que Carlos III arregló haciéndolo pasar por donde posteriormente se construiría la aldea colonial de Santa Cristina, y que luego tras cruzar el río Quiebrajano iba siguiendo el camino de la Cañada de la Hazadilla hasta llegar a Campillo de Arenas, para enlazar con el antiguo camino de coches de Granada.

Visto todo esto, consideramos que no fue así, en base a lo que la documentación y el territorio nos ofrece. Pero vayamos por partes.

Respecto al origen es absurdo pensar que dicho camino real ya lo era en época medieval y que lo que hace Carlos III es hacer un mero arreglo. Evidentemente, no hay duda de que el valle de Otíñar estaría dotado de pasos serranos que sin duda servirían para comunicar, por ejemplo, el Otíñar medieval con la ciudad de Jaén. Pero decir que uno de esos pasos era un antiguo camino real que unía Jaén con Granada ya en época medieval es cuanto menos arriesgado y no basado en documentación alguna.

Castillo de Otíñar controlando el paso del valle.
La propia situación del castillo de Otíñar, construido en época cristina, nos indica que el espacio pudo ser un lugar frágil en la frontera entre Castilla y Granada establecida entre los siglos XIII al XV. Su construcción es muy posible que casi estuviera vinculada precisamente a la posibilidad de incursiones o razzias por esas tierras serranas, y la capacidad en este caso de poder servir de aviso a la ciudad de Jaén en caso de las mismas. Algo semejante encontramos en un lugar cercano como es Jamilena, cuyo castillo, hoy desaparecido, construido en el siglo XIII por la Orden de Calatrava tenía la función, entre otras, de controlar los pasos serranos de su entorno y de esta manera tener controlado el territorio que rodeaba la antigua villa de Martos.

Despoblado el valle de Otíñar ya en el siglo XV, quizá por la intensificación de esas razzias, en los siglos siguientes esos antiguos pasos serranos, que seguían paralelamente el tramo de los cauces de ríos y arroyos (vías naturales), se siguieron aprovechando tras convertirse la zona en un espacio de dehesa, una vez la Iglesia fue desvinculándose también de muchas propiedades (huertas, hazas…) en la zona. Quizá en el momento en Carlos III decide aprovechar uno de esos antiguos pasos para la construcción de un camino real de herradura que uniría Jaén con Granada, arreglando eso si el difícil paso de la Escaleruela, lo hiciera con el objetivo de retomar un viejo proyecto repoblador en Otíñar ya frustrado en época de su antepasada Juana I de Castilla, pero de ese proyecto repoblador ilustrado no nos ha llegado documentación alguna.

Fragmento del Mapa del Reino de Jaén,
de Tomás López (1787), donde todavía no aparecía
el camino real construido por Carlos III.
Pero volvamos al meollo. Qué nos lleva a decir que Carlos III nunca reformó sino que construyó un camino real, como incluso apunta el profesor López Cordero. Para decir esto nos basamos principalmente en las cartografías y documentación de finales del siglo XVIII. Partimos de esta apreciación en base a la información que nos aporta el mapa del Reino de Jaén realizado por el geógrafo real Tomás López en 1787, basadas en la documentación y relaciones que a éste le fueron enviadas por los párrocos de la diócesis de Jaén en el último tercio del siglo XVIII. En dicho plano podemos advertir cómo el geógrafo señala (a parte de núcleos de población, santuarios, etc.) toda la red de caminos reales que existía en el momento en que le son remitidas las relaciones o informes por los párrocos.

En el caso del valle de Otíñar podemos advertir cómo no aparece reflejado el citado camino real de herradura de Jaén a Granada, del que hasta el momento pensábamos tenía como tal ese origen remoto, medieval, y que fue en 1784 cuando se construyó el mismo, según se ve en el hito caminero situado en el llamado Peñón del Vítor. No podemos pensar en una omisión por parte del geógrafo en base a un posible desuso, recordemos que por aquel entonces el paso desde Jaén hacia Granada se hacía por la llamada carretera de coches que pasaba por La Cerradura, o bien por el paso que iba por Alcalá la Real ya fuera por Martos o la sierra de Valdepeñas, como atestiguan diferentes documentos y trabajos. En este sentido nos surge la pregunta de porqué si el camino es terminado en 1784, no aparece en el plano del geógrafo real Tomás López elaborado en 1787. La pregunta es muy simple. Dado que el geógrafo elabora dicho mapa en base a la información que le aportan los párrocos hay que señalar que esta información le es emitida por los párrocos en el año 1781.

Por tanto aclarado el origen este camino real de herradura que como hemos dicho se realiza a finales del siglo XVIII, queda el tema del trazado que seguía el mismo especialmente en dos tramos que consideramos no ocupaba dicho camino, como son el supuesto paso por lo que fue luego Santa Cristina y por la Cañada de la Hazadilla.

Hito caminero de Carlos III, realizado tras la cosntrucción
del camino. Conocido popularmente como Vítor.
En el caso del paso por Santa Cristina, aldea colonial construida por iniciativa privada ya en 1831, resulta muy complicado, pues no hay razón lógica para que un camino que seguía el cauce del río Quiebrajano, una vez entraba en el valle no aprovechara la llanura que ofrecía la parte baja del mismo, y por el contrario se dedicara a subir hasta el paraje del Covarrón, una pequeña meseta, para luego volver a bajar con un desnivel importante. ¿Qué sentido tenía? Ninguno. Con toda seguridad el camino seguiría rumbo Sur el cauce del río Quiebrajano (actual carretera del pantano) dejando en su margen izquierdo las llamadas vegas de Otíñar. En esa trayectoria entendemos que el camino no se desviaba por la Cañada de la Hazadilla, pues dicho camino era una antigua cañada que servía a los ganaderos de Campillo de Arenas y Carchelejo para mover sus rebaños a la antigua dehesa real de Otíñar o a otros puntos, según consta en los libros capitulares del ayuntamiento de Jaén. Ya Alfredo Cazabán nos decía en 1930 que el camino real de Jaén a Granada a su paso por Otíñar seguía hasta Alcalá la Real con lo cual es muy posible que al llegar dicho camino al paraje de Castañeda este siguiera por el Parrizoso hasta Valdepeñas para comunicar con el camino de Alcalá la Real a Granada. Ello resulta más lógico pues al igual que este camino usaba el cauce del río Quiebrajano, en el caso del camino de coches de Granada usaba el río Guadalbullón mientras transcurría el mismo por la sierra.

No cabe duda que esa articulación norte-sur que daba el camino a todo el valle fue muy tenida en cuenta una vez se vende a censo parte del valle al funcionario real, Jacinto Cañada. Éste tras desestimar la reconstrucción de la antigua Otíñar por su arriscado emplazamiento, decide construir a sus expensas un nuevo Otíñar en esa zona amesetada del Covarrón, antes citada, aprovechando la posición estratégica que le brindaba la misma y la cercanía a este camino real, al cual unió lo que sería Santa Cristina con un carril que permitía así comunicar la aldea colonial con la ciudad de Jaén. Hoy dicho camino podemos decir que se encuentra fosilizado en parte en el tramo de carretera provincial que va desde por el valle siguiendo por la carretera del pantano por donde seguía el mismo hasta Castañeda.

José Carlos Gutiérrez Pérez